POR LA DIVA DEL DIVINO DIVÁN
Hola queridos míos. He decidido interrumpir mi agradable retiro aquí en el Mediterráneo para ayudar en esta resurrección del monito.
Los chicos, o patojos como dicen ustedes, de Monitor han cambiado mucho. Por adentro y por afuera. A parte de lo obvio, panzas más pronunciadas y cabellos más escasos, ha habido transformaciones sorprendentes. De primitivos a metrosexuales, de chilangos fofos a chicos Zara, de feministas de kickers y calcetas a chica sexis con tirantes. En fin.
En cuanto a Jessica Masaya, ó J. Low según la bautizó J.P.D., luego de vivir sus últimos años se soltería en libertinaje y escándalo mientras escribía para Monitor, dicen que se reformó. Dejó de lado las malas (y alegres) juntas y abandonó su eterno coqueteo con la muerte. Mi BFF, aunque tenemos pocas cosas en común, cambió su estilo hippie-a-la fuerza por uno urban chic.
Tuvo un hijo lindísimo con una leyenda del rock, y ahora en lugar de verla en el bajo mundo de la noche, se le puede ver a la luz del día en supermercados, consultorios pediátricos y restaurantes dietéticos. Ya no fuma y es muy feliz.
Continúa en Siglo Veintiuno. Luego de que murió Monitor y nació su bebé, fue desterrada por su nuevo estatus. Estuvo dos años reporteando en la cultura, la moda, la belleza y en el mundo de la farándula (persiguió todo un día a Carlos Peña mientras se preguntaba ¿qué le pasa a la juventud actual?). Pasada esa oscura etapa, en donde se deshizo de melindres, ahora es parte del equipo de Edición Dominical junto al Verde y Fidel.
En el ínterin publicó su segundo libro, El club de los aburridos, estuvo de editora de una revista que se publicaba en los Estados Unidos y pasó a formar parte del Consejo Asesor para las letras del MCD.
En la actualidad, suspira cada vez que alguien habla de Monitor y de esa época dorada, de la cual guarda muchos recortes, sobre todo la columna que publicó ahí y que le ayudó a encontrara a su media naranja, y solo puede murmurar ¡Gracias Monitor!
No hay comentarios:
Publicar un comentario